En la última fase de la instalación, previo al primer inicio del sistema, puede pasar que éste no reconozca correctamente el tipo de tarjeta gráfica y, en consecuencia, instale un controlador inadecuado que bloqueará el equipo, dejando la pantalla negra.
Si esto nos ocurre, deberemos reiniciar el equipo y, manteniendo pulsada la tecla «F8», acceder a las opciones avanzadas del menú de arranque de Windows XP. Aquí seleccionaremos la opción Modo de arranque VGA, que obligará al sistema operativo a iniciar en un modo gráfico básico compatible con la mayoría de tarjetas y nos permitirá actualizar el controlador de la tarjeta gráfica y solucionar de esta manera el problema.
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